¿Vives en México y le temes a septiembre?

En los siguientes párrafos te explico por qué no deberías temerle a este infame mes, ni mucho menos al 19 de septiembre.

Damian
8 min readSep 19, 2021

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México es un país con bastante actividad sísmica, y su población lo sabe por experiencia propia. Un fenómeno particular que se ha creado puntualmente en el centro de México es la creencia que el 19 de septiembre es propenso a tener sismos catastróficos. Y no es para menos, ya que el sismo que más víctimas mortales ha dejado ocurrió el 19 de septiembre de 1985, y en una desafortunada coincidencia exactamente 32 años después, el 19 de septiembre de 2017 ocurre otro sismo llevando consigo cientos de muertos y construcciones caídas.

Algunos de broma y otros en serio indican que ahora cada 19 de septiembre se dispara la posibilidad de haber sismos catastróficos. ¿Pero en realidad tiene algo esa fecha? ¿O sólo es memoria colectiva? ¿Qué dicen los datos históricos, guardarán más coincidencias?

Imagínate en otro tiempo. Naciste en 1890 en Morelia, Michoacán. Es una pequeña ciudad que está creciendo con la llegada del ferrocarril y el alumbrado público. A los 13 años has presenciado al menos dos terremotos de magnitud cercana a 7. No logras entender qué fuerzas lo originan, pero las admites como naturales.

En estos años no les has prestado suficiente atención a este fenómeno, hasta que en la madrugada del 15 de abril de 1907 ocurre el sismo más grande que jamás hayas presenciado: magnitud 7.6 en las costas de Guerrero. Un sismo que va más allá del susto y logra tirar casas sobre la gente a tu alrededor. Por voces de vecinos que se han informado de diversas fuentes te enteras que hubo un tsunami causado por el sismo. ¡Un tsunami! El sismo causó olas capaces de entrar a la costa a destruir. Tú junto con miles de personas en los alrededores desean que jamás suceda de nuevo algo así, marcando mentalmente la fecha en el calendario.

Los años pasan, y con ellos algunos sismos vuelven a causar estragos. En cada uno de estos eventos temes y deseas que no se repita lo de aquel ya lejano 15 de abril. Has formado una familia. Tu pareja comparte contigo el recuerdo y miedo del sismo del 15 de abril. Algunos periódicos recuerdan dicha fecha anualmente. Les platicas a tus hijos sobre ese terremoto.

Es 15 de abril de 1941, y han pasado 34 años desde aquel sismo. Has iniciado el día sin novedades. Todo marcha a la perfección, pero poco después de la una de la tarde el suelo vuelve a agitarse. Un movimiento más violento de lo que recuerdas. De nuevo las casas caen a tu alrededor causando decenas de heridos. Por un instante entras en razón y te percatas de la fecha. ¡No puede ser! ¡Otra vez no! ¡¿Cómo es posible esto?! En efecto, está pasando, pero tú y miles de personas con edad suficiente no logran creer que en la misma fecha vuelva a pasar una calamidad así. El 15 de abril debe estar maldito. Y éste es un pensamiento que compartes con todos los habitantes de varios poblados y ciudades de la región. Ahora temen cada que se acerca la fecha.

Envejeces y tienes la fortuna de ver incluso bisnietos nacidos en la década de 1960. Tus amigos de la infancia y la gente de tu generación están pereciendo. Es 1970 y en tu lecho de muerte agradeces lo que has vivido y que no hayas experimentado de nuevo otro 15 de abril. Entras al sueño eterno, sin saber que tu bisnietos y sus contemporáneos olvidarán esa fecha, para dar paso a nuevas fechas marcadas por nuevas catástrofes.

¿Te sentiste identificado con la historia que acabas de leer? Es una anécdota ilustrativa, pero cuenta con dos hechos reales: hubo dos sismos de magnitud superior a 7 el 15 de abril, uno en 1907 y otro en 1941, los cuales afectaron al menos a Guerrero, Michoacán y Colima. Pero desde entonces no ha habido un sismo mayor de 7 en la fecha del 15 de abril.

Al igual que el 19 de septiembre, el 15 de abril causó miedo, pero en una época donde los medios de comunicación no tenían la capacidad de notificar a la velocidad que lo hacen ahora. Causó miedo en una región que contaba con pocas y pequeñas ciudades; y el centro de México no estaba repleto de cientos de edificios de 3 o más pisos.

Memoria Colectiva

La recurrencia de desastres causados por sismos en una localidad particular genera una memoria colectiva. Esta memoria cambia de generación en generación, y de región en región.

Como se mencionó en la historia, una generación puede tener la desdicha de vivir dos terremotos importantes en la misma fecha, y a partir de esto generar una serie de creencias en torno al día. Estas creencias se basan en encontrar posibles causas que expliquen el porqué de esa fecha. Pero también hay generaciones que no viven una sola fecha infame en su haber, como se muestra en la línea de tiempo inferior.

Las personas que han vivido en los intervalos de tiempo de las generaciones superiores han sido más propensas a creer que hay un día preferido por los sismos, por haber vivido dos catástrofes en la misma fecha. Una generación vivió con el temor del 15 de abril, la otra con el temor del 19 de septiembre. En cambio, hay gente que ha vivido sin notar una coincidencia así, como la generación que haya nacido en la década de 1920 y fallecido en los 2000 en esta línea de tiempo, por ejemplo.

Pero no sólo es generacional, también la memoria colectiva cambia según el lugar. En la historia narrada se hace mención de Morelia, una ciudad que seguro sintió los sismos de 1907 y 1942, los cuales para la Ciudad de México fueron intrascendentes.

Para citar otro ejemplo me apoyo de nuevo en tu imaginación: si hubieras vivido en 1932 en Colima, hubieras deseado cambiarte de casa. Colima en junio de ese año sufrió tres terremotos de magnitudes 8.2, 7.8 y 6.9 ¡en el mismo mes! Para ti y todos los colimenses nacidos a inicios de 1900, junio fue un mes maldito y atrae a los sismos. Pero de haber nacido en 1970, el mes que te marcaría sería octubre, ya que el 9 de octubre de 1995 hubo un sismo de magnitud 8, el cual ocasionó un tsunami y miles de damnificados, y no septiembre, porque el sismo de 1985 no causó muerte en ese estado.

La siguiente imagen ilustra el párrafo anterior.

Los ciudadanos de Colima tienen tan presente el sismo de octubre de 1995 como los ciudadanos de la Ciudad de México tienen presente el sismo de septiembre de 1985, porque cada ciudad vivió su propia catástrofe.

Ok, ok, es generacional y espacial este asunto, ¿pero por qué todo México habla de los sismos de Septiembre?

La respuesta se puede resumir en una palabra: centralización.

Históricamente la Ciudad de México ha sido la ciudad más poblada y urbanizada de todo el país. El crecimiento urbano desmedido y poco planificado en cuanto a posibles desastres, que vivió desde los años 50 creó una vulnerabilidad latente que tarde o temprano se vería reflejada en una eventualidad como la de 1985. Con más habitantes en un sitio vulnerable, es más probable que aumente la cifra de víctimas mortales.

La terrible coincidencia se dió 32 años después, pero con un sismo ubicado a cientos de kilómetros de donde fue el de 1985. Entre Morelos y Puebla se suscitó un sismo de menor magnitud (7.1), que por su cercanía resultó muy peligroso para el centro de México.

En ambas ocasiones el Estado de México, Morelos, la Ciudad de México, Puebla y Tlaxcala sufrieron en diferente medida ambos terremotos. La costa no sintió los mismos estragos en el sismo de 2017.

En 1980 el INEGI, institución encargada de realizar los censos en México, determinó una población total de casi 67 millones de habitantes en el país. Sólo el Estado de México y la Ciudad de México acumulaban alrededor de 16 millones de habitantes, es decir, casi la cuarta parte de la población. Y si sumamos los otros estados centrales podemos decir que la cuarta parte de todos los mexicanos experimentó la sensación del sismo de 1985.

En 2020 el INEGI determinó una población total de 126 millones de habitantes en México. Los cinco estados que de nuevo sufrieron del sismo suman alrededor de 34 millones de ciudadanos. Es decir, más de 30 millones de habitantes vivieron en carne propia el sismo de 2017.

Estas cifras nos hacen saber por qué tanta gente habla del sismo. Y si a eso le sumamos que actualmente cada ciudadano puede tener acceso a internet desde su celular, es fácil imaginar que el miedo colectivo se propague, incluso en gente que no ha vivido ni uno de los sismos de septiembre, pero ha sentido otros.

Con todo lo anterior sugiero que debemos tener más conciencia de la historia de nuestro país, y saber que no somos los primeros ni seremos los últimos que viviremos grandes sismos en una misma fecha.

Cabe señalar que no sólo el 15 de abril y el 19 de septiembre son las únicas fechas malditas. A continuación una lista de más fechas, pero no todas, con la infamia de tener sismos de magnitud grande:

  • 6 de enero: sismo de 6.9 y otro de 7 en 1948 ¡Sí, en el mismo día!
  • 4 de febrero: sismo de 7.4 en 1921 y 7.5 en 1976
  • 18 de marzo: sismo de 6.6 en 1978 y de 6 en 1979 ¡Dos años seguidos!
  • 26 de marzo: sismo de 7.5 y otro de 7 en 1908 ¡Sí, dos en el mismo día!
  • 18 de abril: sismos de 7.5, 6.5 y 7.2 en tres años: 1902, 2002 y 2014
  • 29 de abril: sismo de 7 en 1954 y de 7.3 en 1970
  • 18 de junio: sismo de 7.8 en 1932 y de 6.6 en 1988
  • 25 de julio: sismos de 6.9, 7.3 y 6.7 en tres años: 1932, 1937 y 1981
  • 7 de septiembre: sismo de 8.2 en 2017 y de 7.1 en 2022
  • 24 de octubre: sismo de 7.1 en 1980 y 7.3 en 1981 ¡Dos años seguidos!
  • 14 de diciembre: sismo de 7.3 en 1935 y de 7.2 en 1950
  • 16 de diciembre: sismo de 7.1 en 1905 y de 7.5 en 1911

Elegí el 15 de abril porque me pareció la fecha más ilustrativa para este texto.

Para saber más, visita las siguientes páginas.

Servicio Sismológico Nacional: Institución encargada de registrar la actividad sísmica del país, y notificar a las autoridades y a la población por medio de sus redes sociales. http://www.ssn.unam.mx/

Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (CIRES): Encargado de evaluar y alertar a (6) ciudades de México de sismos potencialmente peligrosos mediante el Sistema de Alerta Temprana SASMEX. https://www.infosismosmx.com/

El tema en torno al miedo a los sismos de septiembre es bastante extenso para abordarlo en un escrito como este. Si tienes una pregunta o un aporte, puedes dejarlo en los comentarios.

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Damian

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